La boutique de l'Antre

Le sommaire de l'Antre

Mon service de correction

El Novae Terrae 3 - segundo fragmento

"El Novae Terrae 3", de Bloodwitch Luz Oscuria
"El Novae Terrae 3", de Bloodwitch Luz Oscuria

Este es el segundo fragmento de mi novela, "El Novae Terrae 2 : La Guerra del poder", en su versión traducida por Xavier Méndez.

El sol despuntaba lentamente aquel martes por la mañana, cuando Sarah abrió los ojos, acurrucada en su cama. Su noche había vuelto a ser corta. Como todos los días de la semana, engulló su desayuno apresuradamente, preparó las cosas para el instituto y emprendió la ruta después de decir adiós a sus padres adoptivos. Ese día no se cruzó con Kaissi, y tampoco la vio en el instituto. Se pasó todo el día preguntándose qué le habría ocurrido a su amiga.

Al acabar las clases, mientras metía sus cosas en la mochila, no pudo impedir echar un vistazo a la mesa de Kaissi, que había estado vacía todo el día. Uno de sus compañeros se dio cuenta, y lo oyó que se mofaba con los demás porque ella parecía perdida cuando no estaba con su amiga. De hecho, Sarah era una alumna solitaria, sobre todo por elección propia, y aunque no sabía lo que era exactamente, sabía que podía poner en peligro a los que le fuesen cercanos.

En cuanto a Kaissi, era otra historia. No sentía ningún peligro cuando estaba con ella, ni para una ni para la otra. Pero ese día, Sarah sentía su ausencia como un peso, que hacía caso omiso de los comentarios de los que la rodeaban y la miraban con una sonrisita de burla. Salió de clase finalmente sin girarse, bajo la mirada inquisidora de los demás.

De camino de vuelta, cruzó como cada día el barrio comercial de Curtea de Arges, a donde de vez en cuando iba de tiendas con Kaissi. A diferencia de otros días, Sarah iba sola. Siguió su camino, sin prestar mucha atención a lo que tenía a su alrededor, hasta que oyó pronunciar su nombre. Levantó la mirada, que tenía fija en sus zapatillas desde que había salido del instituto, y miró a su alrededor, en busca de la voz que la había llamado.

Finalmente vio a alguien que le hacía gestos con la mano a lo lejos, sentado en la terraza de una cafetería que siempre estaba muy frecuentada a esa hora, pero que por una vez parecía desierta. De hecho, sólo estaba sentado el que la había interpelado, en una de las mesas del exterior, rodeado por dos personas con el rostro oculto. Sarah se acercó con temor, pues no había reconocido aquella voz.


¡Encuentra la lista completa de los artículos de Antre AQUÍ! Yo también soy escritor, ¡encuentra todos mis libros AQUÍ!

0 comments